Recuerdo la primera vez que me convertí en gato. Estaba tumbado tranquilamente en mi sofá viendo el humo revolotear por la habitación. Me decidí a poner algo de música para hacerme compañía. Y de pronto todo cambió de sentido.
Entre paseos y cubos de basura conocí al gato Ron y a Kittyphone. De pronto lo único importante era cazar pájaros y ratones, de pronto guardaba la esperanza de no tener que dormir otra noche más en el garage. Las peleas con el resto de gatos, los vaivenes en la relación con mi amo... mis pequeñas victorias y derrotas diarias se paseaban frente a mis asombrados ojos amarillos.
Descubrí que de una forma u otra todos llevamos un gato dentro. Porque todos somos egoistas e independientes hasta que nos sentimos solos y rogamos porque alguien nos de de comer, nos deje dormir en su regazo y nos diga que nos quiere mientras miramos hacia otro lado como si no nos importara.
La vida de gato es sosegadamente difícil, solitaria y extrañamente poética, sobre todo en voz y letra de alguien como Will Johnson. Una experiencia musical preciosista y llena de detalles. Alguien diría que es música para dormir, yo creo que más bien es música para soñar.
3 comentarios:
Ese fue el primer disco que escuché del grupo y con esa primera canción ya me enamoró por completo el sr. johnson ( más aun al verlo en directo!).
Una buena recomendación si señor, justamente esta mañana he estado escuchandolo.
excelente disco!
Me encanto tu relato ♥ muy lindo : ) gracias por eso y por el album ; )
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