jueves, 30 de julio de 2009

June Of 44 - Anahata (1999)

A veces me pregunto de dónde viene tanta curiosidad. Dónde se esconde el sentido de esta búsqueda eterna de nuevas sensaciones. Nuevos discos. Nuevas bandas. Nuevas canciones. La mayor parte de las personas que conozco se conforman con conocer de oidas las canciones de los Beatles y como mucho haberse copiado los discos de Colplay y U2.

Incluso mis mejores amigos de la infancia, después de haberse escuchado todos los discos de todas las bandas de los noventa, han decidido que ya tienen suficiente música para el resto de sus vidas. Y yo que creía que gracias al grunge siempre seríamos jóvenes y rebeldes como Cobain... pero no... estamos envejeciendo de culo... porque si Pearl Jam, Alice In Chains y Chris Cornell están de capa caída imagínate nosotros que nunca fuimos ni estrellas en el patio de nuestra casa.

Por eso esencialmente este es un post de agradecimiento a todos vosotros. Por no haberos aburrido de seguir explorando los caminos de la música moderna. Por tener los oidos bien abiertos y juzgar con o sin prejuicios a las bandas que caen en vuestras manos. Por dejaros sorprender como a un niño y no pensar que todo está inventado ya. Por el apoyo y los ánimos. Por demostrarme que hay más gente como yo de la que pensaba en un principio.

Pass: SirensSound.blogspot.com

De paso echadle un vistazo al blog que tiene mucho material a descubrir.

martes, 21 de julio de 2009

Jim O'Rourke - Eureka (1999)

Jim Dice:

- Durante mucho tiempo mi colección de discos fue mi segunda familia. Gracias a ella pude captar la inmensidad y la diversidad de las formas musicales -sobre todo las llamadas de vanguardia. Mi placer supremo era descubrir discos que me introdujeran en nuevos universos. En la biblioteca pública me fascinaban los discos que nunca había sacado nadie. Ser el único chico que escuchaba eso no me provocaba orgullo ni remordimientos. Lo único que me impulsaba era la curiosidad.

- Escuchar es reflexionar.
Es algo que heredo de mis padres, que siempre me incitaban a reflexionar sobre todo lo que hacía y por qué y cómo lo hacía…

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Escuchar es cuestionar cómo escuchamos. Mi meta no es, por principio, contrariar los deseos de la gente, sino incitarlos a preguntarse sobre sus motivaciones y sus hábitos de escucha -e introducirlos en el proceso de composición. Personalmente, es lo que me permite mantenerme espontáneo y a la vez ponerme en cuestión, huir del confort: apenas me siento un poco cómodo, siento la necesidad de partir.

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Escuchar es devenir. Es mejor no tratar de imponer nada, ni un dogma ni una verdad, sino más bien ir trazando un camino a fuerza de signos de interrogación. Buscar siempre sabiendo que no hay nada que encontrar… Eso es lo que puede volver nuestros acercamientos musicales tan frágiles y fascinantes.

- Escuchar es oir, no consumir.
El problema no es el grado de dificultad para acceder a la música como objeto de consumo: es la falta de reflexión. La gente raramente supera la fase más básica del acto de escuchar. Todo queda limitado a un mero juicio estético. Y eso sucede en todos los ámbitos, desde el pop hasta la música concreta. Esa falta de impulso intelectual está sedimentando el progreso de la música. Precisamente es la lectura estética la que está dando pie a una serie de fusiones que pueden sonar mejor o peor, pero que no llevan a ninguna parte porque, en realidad, no son más que decisiones estéticas sin ánimo de trascendencia. Están vacías.

- Escuchar en un nuevo territorio.
Hay que empezar a contemplar un tercer ámbito en la cultura contemporánea donde se dan cita ciertos elementos de lo culto y otros de lo popular. Aunque tengamos que seguir tratando con conceptos tan caducos como “culto” y “popular”, al menos ese nuevo territorio ayuda a difuminar un poco esos limites.

Y a mí, me gusta lo que dice Jim así que es mejor que no diga nada más.