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Vivimos tiempos inciertos. El blog ya no es lo que era. Hace un par de semanas que perdí mi trabajo por culpa de la jodida crisis y aún estoy recomponiendo mi vida, así que os pido paciencia...
Pero básicamente, la lista de lo mejor del año está sufriendo lapsos gigantes porque, al separarme de mi gran amigo Merrick, ya no puedo verle todos los días y es más complicado que me haga llegar sus reseñas.
Además él vive su propia crisis. Y aunque sigue teniendo un puto don para escribir, no le sale de los cojones sentarse un minuto para pasarme su reseña de FUCK BUTTONS, así que lo ultimo que me envió fue esto:
Una amiga a la que le grabé una canción de Fuck Buttons en un recopilatorio me dijo que le había mareado. A mi me pone violento. Y además de todo esto, es precioso. ¿Qué más se puede pedir?
Evidentemente es bastante menos de lo que cabe esperar, así que aquí estoy yo cubriéndole las espaldas. Y lo peor es que la siguiente reseña también es de él... pero en cualquier caso, lo único que yo sé de fuck buttons, es lo que ví, sentí y escuché en el Primavera Sound de este año, y os aseguro que era algo que te removía por dentro, no sólo las entrañas (por el exceso de volumen) si no también la cabeza.
Lo que está claro es que esto es electrónica para enfermos mentales que quieren quedarse sordos algun día, una especie de Aphex Twin del futuro... si es que Aphex Twin no se considera ya de por si futurista.
Al menos la creatividad musical no está de crisis (aunque algunas personas digan lo contrario).
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